martes, 19 de junio de 2007

Posición revolucionaria frente al desastre ecológico global por Nicanor A. Cifuentes G.

"[...]Extraña religión esta la de los ecologistas, secta más bien, que más que requerir de culpas por ser redimidas, trata de la traslación de los estigmas de Gea a la piel misma que los produjo."

Miguel Von Dangel.

El Pensamiento de la Imagen y otros ensayos.

Primera edición. 1997. página 391.



El día lunes 18 de junio de 2007 volvimos a encontrarnos en la sede de la Universidad Bolivariana de Venezuela - Sede Maracaibo para iniciar una esperada tertulia sobre el acontecer ecológico global, revisando de manera reflexiva y crítica sus visibles y no tan visibles aristas.

Desde una profunda historia de saqueos, lacerados en nuestro cuerpo de continente toca revisarnos el alma colectiva. Mirarnos lo que hemos sido y lo que truncado ha sido de nuestra diversidad vital, cultural, de nuestra colorida movilidad desde el ser más fecundo.

El salón bien dispuesto desde temprano de a poco se fue llenando de conceptos y definiciones que las más de las veces desconocemos y que necesariamente debemos incorporar en nuestro conocimiento - sentimiento para repensar y rehacer nuestras conductas para con el ecosistema que nos incluye.

Aparece la diversidad, la sobrevivencia, la deforestación, la conversión de bosques primarios en pastizales, se nutre la sobrevivencia de espasmos, se extingue lo no conocido aún. Se extingue la vida en forma de microbio, hongo, escarabajo, pez, anfibio, reptil, ave, mamífero. Aparecen las vulnerabilidades, los riesgos, las especulaciones, las mercancías de lo otrora natural.

Se parcela el espacio público, aparecen las propiedades y la ciencia, en su devenir como discurso y praxis, avala el saqueo, la muerte, la indiferencia pues le toca a los poderosos mantener un status quo y para ello se valen de invasiones hasta las actuales y desalmadas guerras preventivas.

El planeta una fábrica y ya no un punto azul pálido en el infinito cosmos.


Hablar del orbe y sus casquetes polares en declive, de los glaciares en su derretimiento cada vez más denunciado necesariamente debe llevarnos a reflexionar sobre la agresión inclemente, irracional, antiética e insostenible del modelo capitalista de corte neoliberal que pretende garantizar sólo la supremacía de unos pocos por sobre los padecimientos de la grande mayoría global.

En esta hinchazón no controlada a nivel planetario, aparecen luego de tanta denuncia, fulgores continentales que ayudan a revisar el rol de la movilidad social en la construcción, desde abajo, de una nueva manera de entender y construir la democracia por y para todos, sin la necia y caduca idea de someter las expectativas plurales de mejora en la calidad de vida a la elección de representantes, cada cinco años, para luego morir de mengua en la espera.

De la acción cotidiana, de los errores y glorias heredados en el devenir de las vidas toca hacer el gran amasijo que termine de implosionar la idea de que el tiempo es oro, de que somos en la medida en que tengamos más y acumulemos más (cual saco sin fondo) los múltiples objetos que nos hace consumir (de manera artificial) el mercado y sus farándulas.

Toca pues revisar lo constante y digno de las diversas luchas sociales desplegadas como alas de mariposas a lo largo y ancho de Nuestra América.

La ecología y el grave problema de la pérdida y fragmentación de bosques hablan de un desbalance espiritual que toca revisar a profundidad con la intención sana de comenzar a rescatar a los hombres y mujeres de las fobias cinceladas por tantos años pegados, como cuerpo colectivo, frente al "mago de cara de vidrio" que todo lo hace instantáneo y superfluo.

La ecología asume en este siglo de tanto quiebre el reto de impulsar una nueva propuesta civilizatoria que termine de hermanar, que logre concretar la visión ecuménica que tanto nos han cercenado: Estamos en todo pues somos en el todo.

Dialogar entre todos, en la casa, es comenzar a sincerar la nueva humanidad necesaria para el nuevo mundo posible.

La ecología es una ciencia "suave", es ciencia subversiva, pero no nada más es ciencia sustentada por las interacciones de los múltiples elementos que convergen en un ecosistema, no nada más se encarga de estudiar la distribución y la abundancia de los seres vivos, no nada más es sinopsis de la transformación de la materia, de la energía en espacios de vida bien definidos.

La ecología es la posibilidad de acariciar a Gea, a Pachamama desde la convicción y la coherencia iluminada, desde el día a día, para empezar a celebrar la vida y sus múltiples manifestaciones, para incorporarnos a la dimensión sagrada que tanto agite y tanta transacción, tanto trueque y rapiña técnica nos sustraen.

Nos ha faltado el contacto con el otro y con la naturaleza y sus texturas de hoja verde, corteza, escama, pelaje y piedra. Entendemos que las relaciones humanas las condicionan en la actualidad un modo de ser que nos es ajeno y que nos subyugan sin ni siquiera reconocerlo, afrontarlo.

Presos de una celda que nos alucina con las famas de una estabilidad que es oropel y vana ilusión temporal mientras mayorías descalzas no logran llevarse bocado alguno al alma, no logran dormir tranquilos ante la sed nunca calmada.

No es de extrañar que se vulnere la vida y se tale y se caliente el orbe cuando los poderosos tienen el escenario para hacerlo, cuando condicionaron las leyes y las transacciones a su favor. Legitimado lo perverso toca irrumpir con verdades críticas y toca, desde la beligerancia cotidiana asumir la alternativa como respiración. Toca... tomarse la molestia.

El encuentro pues, estuvo centrado en la revisión de todos estos (y algunos otros) puntos. Desde las 9 de la mañana hasta las 12:50 post meridian fue plena la emoción de sabernos constructores de un nuevo diálogo que refresque y que nos alumbre y nos haga partícipes, de a poco, de la cada vez más grande conciencia planetaria.

Algunas ideas tomadas de lecturas recientes precisan este anhelo y le dan nombre: Ecología Política, Ecosocialismo. Veamos, leámonos en estas búsquedas pues ya la tierra y sus aguas, ya las biósferas no están para esperar más racionalidades y conductas neutras.

Para el debate permanente.

Algunas propuestas e iniciativas para el accionar conjunto

Universidad Bolivariana de Venezuela – Sede Zulia.-

Programa de Formación de Grado Gestión Ambiental

Puerto Maracaibo, 18 de junio de 2007.

“[…] Incorporar pues un marco ecológico en nuestra toma de decisiones económicas y políticas – para tener en cuenta las repercusiones de nuestras políticas públicas en la red de relaciones que operan en los ecosistemas – puede constituir de hecho, mas que una aspiración, una necesidad biológica. Ha llegado el momento de reconocer que las consecuencias ecológicas de la forma en que la población utiliza los recursos de la tierra están asociadas con el patrón de relaciones entre los propios seres humanos (c.f. Lewis, 1947). De hecho la necesidad de tránsito hacia un estilo de desarrollo sustentable implica un cambio en el propio modelo de civilización hoy dominante, particularmente en lo que se refiere al patrón ecocultural de articulación “sociedad – naturaleza”. Es por ello que no tiene cabida intentar desvincular los problemas del medio ambiente de los problemas del desarrollo, puesto que los primeros son la simple expresión de las falencias de un determinado estilo de desarrollo. La adecuada comprensión de la crisis supone pues el reconocimiento de que ésta se refiere al agotamiento de un estilo de desarrollo ecológicamente depredador, socialmente perverso, políticamente injusto, culturalmente alienado y éticamente repulsivo. Lo que está en juego es la superación de los paradigmas de la modernidad que han estado definiendo la orientación del proceso de desarrollo. En este sentido, quizás la modernidad emergente en el Tercer Milenio sea la “modernidad de la sustentabilidad” en donde el ser humano vuelva a ser parte (antes que estar aparte) de la naturaleza. […]” (página 62)

“El dilema actual de la sustentabilidad se resumiría, por consiguiente, en la inexistencia de un actor cuya razón de ser social fuesen los recursos naturales, fundamento al menos de la sustentabilidad ecológica y ambiental del desarrollo. Esto se vuelve aún más complejo al considerar que lo que se dice en relación con el capital y el trabajo, sus respectivos actores detentan la propiedad de los respectivos factores mientras la propiedad de algunos recursos naturales y de la mayoría de los procesos ecológicos es, por lo menos en teoría, pública. Convivimos con dos realidades contrapuestas: Por un lado todos los actores parecen concordar en que el estilo actual se ha agotado y es decididamente insustentable, no sólo desde el punto de vista económico y ambiental sino principalmente en lo que se refiere a justicia social. Por el otro, no se adoptan las medidas indispensables para la transformación de las instituciones económicas, sociales y políticas que dieron sustento al estilo vigente. Cuando mucho, se hace uso de la noción de sustentabilidad para introducir lo que equivaldría a una restricción ambiental en el proceso de acumulación, sin afrontar todavía los procesos institucionales y políticos que regulan la propiedad, control, acceso y uso de los recursos naturales y de los servicios ambientales. Tampoco se hacen evidentes las acciones indispensables para cambiar los patrones de consumo en los países industrializados, los cuales, como es sabido, determinan la internacionalización del estilo. Hasta el momento, lo que se ve son transformaciones sólo cosméticas, tendientes a “enverdecer” es estilo actual, sin de hecho propiciar los cambios a que se habían comprometido los gobiernos representados en Río. Un fenómeno por lo demás conocido por los sociólogos y politólogos que lo clasifican de “conservadurismo dinámico”. Antes que una teoría conspirativa de grupos o estratos sociales, se trata de la tendencia inercial del sistema social para resistir al cambio, promoviendo la aceptación del discurso transformador precisamente para garantizar que nada cambie, en una suerte de “gatopardismo” posmoderno”. (página 72)

“[…] El desarrollo sustentable, está padeciendo de una patología común a cualquier propuesta de transformación de la sociedad demasiado cargada de significado y simbolismo. En otras palabras, por detrás de tanta unanimidad yacen actores reales que comulgan visiones bastante particulares de la sustentabilidad”. (página 73)

“[…] el reconocimiento de que los problemas ecológicos revelan disfunciones de carácter social y político (los padrones de relación entre seres humanos y la forma en que está organizada la sociedad en su conjunto), y son el resultado de distorsiones estructurales en el funcionamiento de la economía (los padrones de consumo de la sociedad y la forma en que ésta se organiza para satisfacerlos) […]” (página 74)

Guimarães, Roberto P. 2002. La ética de la sustentabilidad y la formulación de políticas de desarrollo. 53-82 p. En: Ecología Política: Naturaleza, Sociedad y Utopía. Alimonda, Héctor (Compilador). Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

Sirva la anterior compilación de reflexiones en torno al tema de la construcción de una ética de la sustentabilidad más colectiva y consciente del ecosistema que nos incluye, “[…] en donde el ser humano vuelva a ser parte (antes que estar aparte) de la naturaleza. […]”, para iniciar el “aterrizaje” en el plano de la concreción y de la puesta en marcha de las tácticas que se nutren de una estrategia esencial: Promover un debate formativo que permee todo el acontecer cotidiano de la Universidad Bolivariana de Venezuela, para desde allí, iniciar de manera concertada y decidida toda la puesta en marcha de experiencias relacionadas con la construcción del socialismo venezolano, latinoamericano y planetario de este nuevo siglo, el siglo de la ecología.

En este sentido podemos esbozar una serie de iniciativas que en los días sucesivos estaremos enriqueciendo de manera interdisciplinaria y plural.

Sugerimos:

  1. La creación de seminarios de formación sociopolítica en el marco de una ética ecológica.
  2. El diseño concertado, analítico de un ciclo de conferencias sobre la estrategia de conservación llevada a cabo por algunos países en América conocida como Pago por Servicios Ambientales (PSA).
  3. La puesta en marcha de un seminario – taller denominado hasta ahora: “Caracterización de la bioregión y el ordenamiento territorial como contexto para el diseño de un modelo económico sustentable que garantice la justicia y equidad social”.
  4. Articulación de experiencias con tecnólogos populares sobre la producción de energías limpias en las comunidades rurales e indígenas.
  5. Creación de una sala situacional para el análisis estratégico de la situación de los recursos naturales en la bioregión, el impacto socioambiental del modelo de extracción de recursos (carbón, caliza, sal, hidrocarburos –sólidos, gaseosos y líquidos-) y el escenario energético nacional e internacional.
  6. Iniciar el debate colectivo que asuma la concreción de propuestas que activen campañas sobre los usos y los modos de vida, trascendiendo la sociedad de consumo que actualmente nos corroe. Tarea conjunta de los Programas de Formación de Grado Agroecología y Gestión Ambiental en lo relacionado al diseño de actividades conjuntas para asumir la puesta en marcha de experiencias relacionadas al tema de los abonos orgánicos, etnoecología, entre otras propuestas.
  7. Seleccionar comunidades a partir de la unidad Proyecto para desarrollar experiencias piloto de producción de energías limpias y tecnologías alternativas.

Citando a Guillermo Castro Herrera en su ensayo Naturaleza, Sociedad e Historia, donde apuesta por una necesaria y sincera revisión (en el caso latinoamericano) de los aconteceres históricos que definen de forma hegemónica y unívoca las políticas socioeconómicas del presente, decimos con él:

“[…] Este programa de trabajo, si llega a ejecutarse, tendría que ser traducido a una pluralidad de iniciativas de investigación, debate y organización, conservando siempre su carácter multidisciplinario mediante un enfoque que combine a un tiempo la investigación histórica a largo plazo hacia el pasado y el análisis de las tendencias a mediano plazo en el desarrollo de los acontecimientos que la crisis ha puesto en marcha. En tanto seamos capaces de actuar en este sentido como gente de cultura, comprometida con la sobrevivencia y el bienestar de nuestras sociedades, habremos contribuido a la solución de uno de los grandes problemas de nuestra región en nuestro tiempo. Como latinoamericanos, además, habremos sabido atender a la advertencia que nos legara Simón Bolívar en el contexto de otra crisis, también decisiva en nuestra historia: “A la sombra de la ignorancia trabaja el crimen”. Y no cabe duda que, sabiendo al menos cuánto está aún por ser hecho, dejar de hacer será el crimen mayor de nuestro tiempo”.

(presente en la publicación Ecología Política: Naturaleza, Sociedad y Utopía. Alimonda, Héctor (Compilador). Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). (páginas 92-93)


Algunas imágenes tomadas por los estudiantes del PFG Gestión Ambiental: Reinaldo Fernández y José Mundo.




Salón Blanco. Universidad Bolivariana de Venezuela- Sede Maracaibo.
La tertulia en pleno accionar.


Otra vista del espacio de encuentro del día lunes 18 de junio de 2007.


Muchos son los interesados en los textos que sirvieron de apoyo a la discusión.

Sugiero con humildad revisar los siguientes enlaces:

La conservación ambiental en el socialismo del siglo veintiuno (por Dr. Jesús A. Rivas)

Por una ética ecosocialista (por Michael Lowy)

Ecosocialismo o Neobarbarie (por Andrés Lund Medina)


Seguimos formándonos... conmovedor reto, gracias!!!

viernes, 1 de junio de 2007

"Árboles en fila para detener el avance del gigante de siete leguas": La unión por esfuerzos sensibles y bien dirigidos.

Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria...” Simón Bolívar. 6 de septiembre de 1815. Carta de Jamaica.


Desde una conversa muy fluida, esperada y esperanzada por el nuevo vuelo del canal de televisión TVes, comienza el lunes 28 un nuevo capítulo del Curso de Formación Sociopolítica.

En esta oportunidad las referencias sobre un Bolívar epistolar, un Bolívar en Jamaica acosado por la desolación del derrumbe de la Segunda República (1815), son actualizadas por la docente Elaine Centeno Álvarez en compañía de los que allí nos congregamos.

El temario en esta oportunidad contemplaba lo siguiente:

Proceso de integración latinoamericana y caribeña frente a la geopolítica y estrategia de la hegemonía del imperio norteamericano en América Latina y el Caribe (caso venezolano).
Fundamentos filosóficos de una nueva sociedad.
Contenido:
1. Introducción: Carta de Jamaica y Congreso Anfictiónico
2. El Mercado como estrategia de “integración”: Caso ALCA/IRSA y TLC
3. De la integración energética a la integración política
4. De “Nuestra América” de José Martí al ALBA.

De la conversa partieron nuevas ideas, nuevos brotes, imaginarios que exponen su pecho abierto para sabernos y para entendernos en este país que ahora construimos.

Desde las lecturas a la Carta de Jamaica iniciamos una travesía sobre los contextos que probablemente habrán suscitado esas angustias del Padre Libertador cuando exponía a Henry Cullen (ciudadano de Jamaica) las razones de la caída de la Segunda República y donde se señalan las causas fundamentales del movimiento emancipador a partir de una crítica al sistema colonial imperante. En esta tertulia ofrecida por Elaine, hilamos desde sus notas, la preparación estratégica del Congreso Anfictiónico a celebrarse en Panamá.

Repasar estas necesarias acciones, históricas hazañas, en procura de la integración de las florecientes repúblicas son vitales para enriquecer la convicción anti imperialista que nos define como nuevo país que apuesta por la creación de un mundo multipolar, ajeno a hegemonías e inmorales valores que orbitan el oropel y la farsalia.

Bolívar prefigura el tema de la unidad latinoamericana, posteriormente Mariátegui y Martí en sus momentos, desde su poesía y sudor, desde sus angustias y búsquedas colectivas cristalizarán un discurso que hace converger a ese Bolívar padre con las necesarias convicciones espirituales, de fondo, que toda independencia plena ha de asumir.

La raíz negra, " el costado indio" por citar al poeta Gustavo Pereira, por sobre las imprecisiones y la parálisis que genera el discurso sobre lo "mestizo" como hibridización que confunde antes que emancipar.

De la resistencia poética a la necesidad de vernos reflejados en un continente surcado por diversidades y coloridas expresiones es que surge este anhelo por releer a Bolívar y Martí.

Nuestra América (1891) habla de los hombres reales, del hombre y mujer sinceros inmersos en el dolido espacio que llaman América. De allí que en pleno siglo XXI, en plena construcción oír, leer la gigante frase: "reconocer es resolver" invita a acicalar la mirada hacia lo cotidiano, hacia la porfiada manera de ser originales y hermosamente diversos.

Desde el vuelo emprendido hacia una nueva manera de comunicarnos, pisando como país nuevos terrenos donde construir tanto anhelo pospuesto, este lunes 28 de mayo no es casual que convoquemos a Bolívar a dialogar y que en nuestros esfuerzos por verle aparecer hecho luz, también se apersone hecho pájaro de agua, el bello Martí de la bella Cuba donde crece la palma.

La integración de almas para hacer añicos este desdén por lo nuestro y así, en el gerundio del crecimiento, seguir adivinando y sudando las certezas que tantos anhelan.

El salto hacia el siglo de los agites y los desvelos no fue duro. El vuelo nos trae a procesos de integración inéditos. Refulgen los movimientos sociales de Nuestra América y los hombres y mujeres sinceros florecen con perfumado color. El ALBA como alternativa contraria a la muerte asfixiante que fue el ALCA avanza por sendas coloridas, sin embargo, decimos con Esperanza Martínez, untados de reflexión crítica, que "ALBA que trae luz no se puede centrar en la oscuridad del petróleo".

Para que las integraciones sean las de los pueblos que amasan maíz y siembran la mandioca. Para que las integraciones huelan a páramo y a cóndor, repletas del color costero, pacífico y atlántico. Integrados desde los ritmos y las gestualidades. Diversos.

Para que las venas abiertas se curen y ya no abunden las mega infraestructuras que desdibujan ríos para hacerlos hidrovías, que penetran selvas cerradas para abrirlas de gasoductos.

Una América grande en su honor antes que por sus riquezas gasíferas, petroleras y mineras.
Una América para la música, para el descubrimiento cotidiano, para la caligrafía colectiva.

Invito, en el ánimo de seguir descifrándonos desde Bolívar y Martí, a revisar este texto tomado de la red, más en específico, de la página electrónica cubana: Pinar del Río Guerrillero:

Bolívar cabalga por América y Martí actualiza sus discursos

Por Ramón Brizuela Roque

Tan separados en el tiempo hoy se juntan el eco de los cascos y el bramar de los lanceros en el llano, con el verbo ardiente y las cargas de machetes mambíses: Simón Bolívar y José Martí coinciden plenamente en América, está en marcha la segunda gran revolución continental.

Del Río Bravo a la Patagonia se alzan las masas oprimidas, porque en sus corazones vibran las palabras del Apóstol, que dijo: ¡Pero así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo, sentado aún en la roca de crear, con el inca al lado y el haz de banderas a los pies; así está él calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy: porque Bolívar tiene que hacer en América todavía!

Obras del pintor pinareño Dausel Valdés

El Maestro, como también se conoce a nuestro Héroe Nacional, vislumbró en su momento el futuro de América, no por gusto escribió: “No hay proa que ataje una nube de ideas. Una idea enérgica, flameada a tiempo ante el mundo, para, como la bandera mística del juicio final a un escuadrón de acorazados.

Los pueblos que no se conocen han de darse prisa por conocerse, como quienes van a pelear juntos...”

Ahora, en los albores del siglo XXI, las ideas martianas y bolivarianas se juntan en las condiciones objetivas enraizadas por el imperialismo y enriquecidas por los revolucionarios de hoy, como Fidel Castro y Hugo Chávez, depositarios de las ideas de ambos libertadores.

Ya no es combate de lanza y machete, es enfrentamiento de ideas como cada vez reitera Fidel; es unirse para la acción; es dividir riquezas para progresar. Los ejércitos de hoy no son las largas filas de llaneros, no son las cargas mambisas, no son las divisiones aerotransportadas, son el ALBA, Petrocaribe, Telesur, Misión Milagro, sistemas de integración que prometen más libertad que la aportada por las armas.

Las bombas, los cañones y los cohetes enemigos pueden matar a los hambrientos, pero no matarán el hambre; podrán matar a los enfermos, pero no a las enfermedades.

En el histórico documento Carta de Jamaica, hace 190 años, Simón Bolívar expresa: “...el velo se ha rasgado y hemos visto la luz y se nos quiere volver a las tinieblas: se han roto las cadenas; ya hemos sido libres, y nuestros enemigos pretenden de nuevo esclavizarnos”. Estos principios, referidos a España, son como si se le dijeran hoy al imperialismo norteamericano.

Su ideal integracionista lo llevó a escribir: “Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria...”

“Seguramente –añadía - la unión es la que nos falta para completar la obra de nuestra generación. Es la unión ciertamente; mas esta unión no nos vendrá por prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos”.

El Libertador que tuvo que enfrentar a la Doctrina Monroe, sabía del peligro que representaba para las repúblicas de América el imperio norteamericano, por eso lo dejó escrito para las futuras generaciones, aunque no fue hasta época reciente que los suramericanos lo entendieron.

Hugo Chávez sí comprendió el mensaje, muy claro y vigente para hoy, porque Bolívar recordó: “Cuando los sucesos no están asegurados, cuando el Estado es débil, y cuando las empresas son remotas, todos los hombres vacilan; las opiniones se dividen, las pasiones se agitan y los enemigos las animan para triunfar por ese fácil medio. Luego que seamos fuertes, bajo los auspicios de una nación liberal que nos preste protección, se nos verá de acuerdo cultivar las virtudes y los talentos que conducen a la gloria...” Un análisis detenido de ese párrafo nos muestra a la Venezuela actual.

Lo mismo ocurría en el Caribe, cuando José Martí escribió su artículo Nuestra América, donde aseguraba: “Éramos una visión, con el pecho de atleta, las manos de petrimete y la frente de niño. Éramos una máscara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaquetón de Norteamérica y la montera de España...”

Efectivamente éramos así, hasta que un buen día triunfó la Revolución cubana y revindicó todas las luchas frustradas del continente. Hasta que un Guerrillero del mundo proclamó: “Esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado a andar, y su marcha de gigantes no se detendrá”.

Las ideas independentistas de Bolívar y Martí fueron enriquecidas con la táctica y la estrategia de Fidel Castro, ahora sazonadas de manera muy criolla por Chávez, con una prédica revolucionaria constante que no se apoya en las armas, más que para defender las conquistas, sino en el terreno del pensamiento y que en Cuba, hemos de llamar Batalla de Ideas.

La Batalla de Ideas no es sólo construir, es cambiar todo lo susceptible de ser cambiado, es la defensa de las conquistas, es avanzar sin hacer concesiones al enemigo, es formar a un hombre nuevo, es compartir no lo que nos sobra, sino todo lo que tenemos.

Cuba y Venezuela son un ensayo de esa gran nación que soñaron Bolívar y Martí, que poco a poco arrastrará a las grandes masas de desposeídos y los irá dotando de dignidad y soberanía.

Los ejemplos son palpables, los tenemos en las escuelas Latinoamericana de Medicina y la de Deportes, en la Misión Milagro que devolverá la visión a millones en el continente, en el compartimiento del petróleo entre países hermanos y, de manera especial, tenemos el caso de Villa Bolívar, en Sandino, donde la solidaridad hizo lo que no puede toda la riqueza del mundo.

Indudablemente queda mucho por andar, sólo se dan los primeros pasos y hay que volver a Martí, que en el cierre de su histórico artículo periodístico aquí citado, puntualizó:

“¡Porque ya suena el himno unánime; la generación actual lleva a cuestas, por el camino abonado por los padres sublimes, la América trabajadora; del Bravo a Magallanes, sentado en el lomo del cóndor, regó el Gran Semí, por las naciones románticas del continente y por las Islas dolorosas del mar, la semilla de la América nueva!”

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Adjunto imágenes de este día conversado, tejido por todos.